Empresarios desesperados

Asistí a la jornada inaugural del ciclo de conferencias Oportunidades de negocio en sectores emergentes que organiza la Cámara de Comercio. Conocía algunos de los proyectos que salieron a la luz en las videoconferencias y mesas redondas. Por ejemplo, una empresa canaria cuyo producto vale más que el oro, u otra que abrirá oficina en Silicon Valley. También se nombraron entidades conocidas pero que se podrían aprovechar mejor. Al menos fue la opinión de ponentes y parte del público.
Lo mejor estuvo en los corrillos que se celebraron al final. Casualmente participé en uno de ellos en el que había dos personas que contaban sus problemas. Uno de ellos se quejaba de los problemas de confianza que existen en Canarias. Al no existir un reglamento bien definido para la transferencia tecnológica y de conocimiento, era reacio a realizar participar con otros que le permitiese plasmar en proyectos reales las inquietudes que tenía. Parece un mal endémico del empresario canario, la desconfianza que no nos permite crecer hacia el exterior.
La segunda queja venía de una empresaria de las energías renovables. Ha sufrido el cambio de ciclo económico y cerrado su empresa. No pudo mantener más de 30 puestos de trabajo y piensa crear una en el extranjero. Sólo pedía que se actuase, que el Gobierno hiciese algo. “En esta crisis no se puede actuar con tiritas”, lamentaba.
Publicado en el EVS el 20 de noviembre de 2009

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