Mi otro “periódico”

El martes mi compadre David me dice que se estaba quemando un barranco en La Orotava, un incendio que no llegó a más, afortunadamente. Me dio detalles de la zona, el helicóptero que estaba lanzando cargas de agua, los agentes que estaban ayudando a extinguirlo e incluso la hora en la que sucedió. Indignado estaba porque al llegar a su casa y poner la televisión autonómica, las locales, las radios, incluso la web para la que trabajo, no encontraba nada. Ningún tipo de información. Sin embargo, tras confirmarlo por otra fuente, le indiqué a mi compañero que pusiéramos un flash informativo en eldia.es.
La web 2.0, los messenger, los teléfonos móviles, incluso el correo electrónico, están creando un nuevo periódico, por llamarlo así, de información ciudadana. Una información viral (de boca a boca) que tiene la credibilidad de quien te lo cuenta. En mi caso, le creí, ya me pasó algo parecido cuando casi le vuela el cenador el preámbulo de la tormenta “Delta”.
Conozco a personas que dicen que no tienen tiempo para estar informadas de lo que sucede en el mundo. Sin embargo, el tiempo que pasan en el coche escuchan emisoras musicales, ven programas del corazón o algún “reality” como O.T.
El último EGM (pdf) muestra cómo el consumo de soportes de medios de comunicación y soportes publicitario crece, pero no muestra cómo se incrementa ese periódico informal con comunicación bidireccional y lleno de anécdotas personales. La “noticia”, por llamarla así, suele empezar con un “viste lo que…”, y continua con lo que se recuerda haber visto, leído, o escuchado. Los cafés, meriendas, esperas y otras tertulias de este tipo son habituales. Personas que se enteran de lo que acontece en el mundo por sus conocidos. El problema es que a veces (sic) tendemos a exagerar.

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