Profesiones y tecnología

Hoy me he encontrado con un nuevo ejemplo que recuerda en estos momentos en los que todos hablan de redes sociales, smartphone, tabletas, y sociedad de la información/conocimiento de la diferencia entre la profesión y la tecnología. Vivimos en un cambio tan transcendental en la historia de la humanidad que a veces perdemos las referencias de lo importante con lo urgente.
Un profesional hoy quería hacer algo con un determinado programa. No sabía como, pero sabía que se podía hacer y me llamó. Una de las tareas fue fácil e inmediata pero en la segunda le tuve que decir, desconozco si se puede hacer. Él me lo confirmó, esto es algo que aprendí cuando estudiaba (décadas atrás) y se hacía con el sistema X. Me animó a investigar un poco y efectivamente allí estaba la forma de hacer lo que quería. Lo hice. Fue relativamente sencillo, estoy habituado a enfrentarme a problemas y resolverlos.
Esta anécdota es un ejemplo más de lo que observo desde hace unos años alrededor de internet. Profesionales recién llegados nacen con una tecnología, el verbo, bajo el brazo y la dominan. Por ese motivo parecen buenos en lo suyo. No obstante, no son buenos realmente en la profesión, la palabra, tan sólo han encontrado un nuevo espacio dónde realizar una profesión nueva, que no existía. Se notan algunas de sus carencias, pero son elevados a la altura de maestros por los que saben menos que ellos. Una repetición del clásico de los tuertos y los ciegos.
Cuando toda esta ola de tecnología digital y de la comunicación esté asimilada por la mayoría de la sociedad, se perderá parte de ese aura de grandilocuencia con la que se rodea actualmente a la tecnología y nos centraremos en los temas importantes. La tecnología es solo la herramienta que ayuda a cambiar el entorno. Es el medio, no el fin. Quizás en ese momento se vuelva a valorar la importancia de la profesión más allá de la tecnología que se use para desarrollarla. Pero hasta que se llegue a ese momento muchos profesionales perderán su puesto. Otros profesionales que no eran buenos, a base de trabajo, serán muy buenos en lo suyo y si no siguen aprendiendo tendrán que enfrentarse a su propio ciclo de obsolescencia.

Imagen compartida por Werner (2006).

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