Blackberry es parte de la historia del mundo conectado. Sus teléfonos con teclado y conexión a internet propia económica hicieron que se convirtiera en uno de los actores de referencia del mercado teleco. Sin embargo, ha anunciado que tras pérdidas de hasta 995 millones de dólares en el segundo trimestre del año, despedirá a 4.500 empleados, más de un tercio de su plantilla.
Es la suma de muchos problemas. El blackdown (octubre de 2012) marcó un punto de inflexión en la memoria colectiva que tenemos de la historia de la compañía. Su apuesta por un nuevo tipo de terminal, más moderno y que actualizaba la gama y marca a priori, ha tenido malos resultados en las ventas. La compañía reconoce que las ventas son pobres con solo 3,7 millones de teléfonos. Vamos, proa al marisco.
La más intensa competencia, no saber entender el mercado al que se están dirigiendo (curioso) y el auge de Android como plataforma alternativa a la elitista Apple están obligando un cambio en la empresa que reducirá su gama de teléfonos disponibles a solo cuatro. El sector es «más maduro y competitivo» según las propias palabras de Thorsten Heins. Al final, el ecosistema es la clave, la pregunta que me hacía hace un año y un mes tiene respuesta: BB10 no ha conseguido crear un mercado de Apps. Crear ecosistema no es una cuestión de hacer un producto con una estética cuidada. Es algo más y tiene que ver con el ADN del mercado.
En el pasado vimos como Apple y HTC firmaron un acuerdo de común interés. En incluso en lo que ya es historia de la informática, Nokia y Microsoft firmaron otro acuerdo de sinergias -que fue reforzado (sic) hace poco– para posicionarse en el mercado.
¿Quién se acuerda de Ericsson? ¿Y de Motorola? Conoce un nuevo renacer en EEUU después de que fue comprada por Google. Una marca que curiosamente de momento prefiere ofrecer productos como marca blanca de otros fabricantes como Asus.
Y después, ¿quién?…
