Primera plana de ayer y hoy

Es curioso ver en el comienzo de Primera Plana como con una Linotipia se componían los tipos para luego formar las planchas de plomo que permitían imprimir el periódico. Cajas de contenidos de metal que siguen la misma metáfora que las utilizadas para editar desde un entorno WYSIWYG, o con contenedores de las páginas web. La escena de la rotativa también conecta con la industria actual del papel a pesar de las grandes diferencias tecnológicas que nos separan

Una comedia a destiempo, en su época, que está llena de personajes cargados de clichés. Estereotipos ácidos, irónicos, rápidos, acompañados de una de las mejores parejas de la comedia, Jack Lemmon y Walter Matthau. Por ejemplo:

– Me han enviado para sustituirle
– No me digas, ¿qué hacías antes?
– Notas de sociedad, algún que otro suceso, pero esta es mi primera ejecución
– Ya, claro, y para William el condenado a la horca), también

También hay momentos para recordar como eran las salas de ocio de la época en la que está ambientada. El «cine» de la época, tan parecido en el fondo con una sala comunitaria, oscura y con gran pantalla, y diferente en las formas con una canción de karaoke y un vídeo de noticias a continuación.

La escena en la que cuenta a otros periodistas que deja el oficio para casarse antes de que llegue el sheriff a la sala de prensa de la cárcel es otro momento memorable de la película. Más allá de los clichés, pone en su sitio el lugar del periodismo y recuerda a quién ejerce la responsabilidad que está sujeto al cuarto poder.

Tras el primer tercio de película surge el origen de la acción, la fuga del preso y por lo tanto, de la noticia que estaba prevista de antemano. La experiencia del veterano periodista que encuentra su hueco para que nadie le robe la exclusiva, el mensaje que reciben tras la fuga… Una gran película que demuestra que el humor es una de la mejor forma de contar los detalles de la vida cotidiana.

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