El Centro Tecnológico del Software de Tenerife

LA MAYORÍA de las empresas de Tenerife de peso en el desarrollo de software se dieron cita el pasado miércoles en la presentación del estudio de viabilidad para el desarrollo de un Centro Tecnológico del Software en las islas celebrado en la Universidad de La Laguna.
El evento congregó alrededor de cien personas de la administración pública, la universidad y las empresas privadas, las tres patas necesarias para la creación de instituciones de excelencia tecnológica. Casi todas son caras conocidas para mí.
Representantes del colectivo Asinte, el director de la Escuela de Informática de la Universidad José Manuel Gálvez, el rector Eduardo Doménech, el consejero de Presidencia y Hacienda del Cabildo tinerfeño Víctor Pérez, empresas como Técnicas Competitivas, Microfusión, OpenCanarias, ContaNet, CanaryWeb, N2BSolutions, Canarias Infopista, Atecresa, colectivos como Innova7, la Oficina de Software Libre de la Universidad, profesores de diferentes departamentos y áreas de conocimiento, y algunos otros que me perdonarán por no mencionarles.
La lista de invitados es toda una declaración de intenciones de que existe una demanda por parte del sector de que se fomente el uso de las nuevas tecnologías en Tenerife y Canarias. La presentación del estudio dejaba clara la falta de inversión en nuevas tecnologías en las islas, la mejora que se manifiesta en la productividad al aplicarlas, y la necesidad de que exista una comunicación entre las necesidades del tejido empresarial y los proveedores de tecnología, la transferencia tecnológica que se promueve desde este tipo de centros en el resto del territorio.
En el foro también se planteó como este tipo de centros fomenta la vertebración y colaboración entre las empresas del sector, reticentes a colaborar para conseguir nuevos objetivos que por si solas no serían capaces.
La intención de crear un motor tecnológico en Canarias no es nueva. El 29 de junio de 2004 ya comenté como demandaban desde unas jornadas celebradas en la Universidad la creación de un foro local de los agentes implicados en el sector.
La firma de la creación del NAP en agosto de 2005 fue una excelente noticia, y para muchos inesperada, en el 2005. A finales de 2007 el estudio del INE nos colocaba en la cola de la inversión tecnológica en su informe anual. El 28 de abril de este año EL DÍA se hizo eco de la intención del Cabildo de crear esta institución y tres días más tarde leímos como el colectivo Asinte también quería ser parte del foro como voz de parte de las empresas tecnológicas de las islas.
Son muchos años de retraso pero quizás no estábamos preparados como sociedad. Ahora, en época de vacas flacas, probablemente existe una oportunidad de dar un paso decisivo en la creación de una institución que facilite la transferencia tecnológica, que mejore la relación entre todos los sectores y los creadores de servicios informáticos. Que facilite el cambio de tener un motor basado en músculos a bajo coste, como ya indicó la Cámara de Comercio hace unos meses, a tener músculos más productivos gracias a las TIC.
El consejero ya adelantó que quería establecer una reunión en la primera mitad de enero, en un foro más limitado en el que se incluya la Administración, la Universidad, y las empresas que quieran aportar en este centro, los que estén decididos a involucrarse en la mejora de la competitividad de la isla. La Administración Pública está actuando de motor de las nuevas tecnologías jalonada por las necesidades de un sector que confía en su trabajo. La puesta en marcha del NAP y la creación de este centro tienen que ser la puntilla que acabe de crear una nueva industria del conocimiento en las islas.
Publicado en EL DÍA el 21 de diciembre de 2008.