Generación IP: 2025

Cada cierto tiempo llega a nuestra lectura un informe que indica como será el mundo gracias a la tecnología pasado un cierto tiempo. El último que he podido leer es Generación IP: 2025. Un estudio realizado por Virgin Media Business y The Future Laboratory que, abusando un poco de los hologramas, nos presenta como la tecnología nos permite tener una vida más placentera. Mientras leo este tipo de informes suele venir a mi memoria los errores del pasado, de como en nuestra imaginación hemos planteado el futuro. Desde el mundo post-apocalíptico que nos plantean películas como La Fuga de Logan, hasta otros más cercanos como los «gestures» de Minority Report que se han convertido en tendencias gracias al Kinect.

De aquí a 2025 habrá muchos cambios. Solo hay que pensar como era la vida en el año 1999 para pensar como podrá cambiar en los próximos 13 años. Si no hay grandes catástrofes podremos contar con algunas posibilidades de gran certeza:

  • Ingentes cantidades de datos (transparentes): Mensajes, fotografías, geolocalización, relaciones, acciones… Casi todo está registrándose si se puede utilizar para medirse, o por motivos legales. En el futuro esta posibilidad se incrementará pero probablemente implicará que no sean visibles o solo se utilicen cuando sean necesarios. Nuestra naturaleza no puede asumir la sobreinformación y por lo tanto la solución de mercado será la que ofrezca menor impacto en la vida cotidiana.
  • Relación laboral: Cada vez importa más el talento que la cercanía de la persona o el tiempo que se pasa en una silla. Algunos ya están trabajando antes de llegar a su oficina y resuelven temas al salir de ella. Está claro que esta tendencia se incrementará aunque no tengo claro que en solo 13 años exista, para la mayoría de los trabajos, una relación de movilidad total.
  • Conexiones y sensores: es uno de los aspectos más espinosos de la tecnología, el sentirnos vigilados. Ya pasó cuando se hablaba de que conocían nuestra posición al utilizar una tarjeta, pero eso no ha impedido que se siga realizando, cada vez más. Lo cierto es que cada vez más tenemos más elementos que permiten medir algún valor de nuestro entorno cercano. Ubi es un ejemplo que utiliza crowdsourcing. Utilizar sensores para la salud también presenta algunos problemas que con la supervisión pueden ser superados.


Hay aspectos que, probablemente por estar cumpliendo años, no los acabo de ver tan claros en mi experiencia. La utilización de sensores debajo de la piel probablemente es un gran avance tecnológico pero nos resulta raro ver ejemplos de cyborg aunque sea por necesidad.  También el que todo en la casa esté tecnificado, o la utilización de impresoras en 3D para elementos domésticos y vitales.
El vídeo mezcla la excelencia técnica del futuro que  se mezcla perfectamente con una casa de campo y una persona mayor que muestra como la tecnología no impide vivir a la vieja usanza. Probablemente no será así, de la misma forma que no sucederá con el vídeo que nos presentaba Microsoft del futuro. La experiencia nos dice que cuando «soñamos» como será el futuro lo hacemos en base a nuestra realidad actual. En las películas de Star Trek se llamaban con ladrillos si los comparamos con los smartphones de la actualidad. En otras obviaron la existencia de una red de conexiones, y así una larga lista. Como me dice un colega de más allá de los pirineos: la realidad cambia todos los días y hay que reinventarse en función de los nuevos parámetros. Una nueva tecnología puede cambiarlo todo, como la aparición de una tarjeta para pagar, la pantalla táctil del iPhone, o simplemente que no sea rentable extraer petróleo como carburante.

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