Taylorismo vs Estajanovismo

El trabajo y su organización es uno de los conceptos que más se están discutiendo en estos tiempos en los que existen nuevos paradigmas tecnológicos que permiten nuevas formas de organizar y establecer las relaciones que permiten realizar un trabajo conjunto. El «crowd» es el superlativo de la organización apoyado en el factor multiplicador de internet.
El taylorismo (Frederick Winslow Taylor) es una forma de organizar el trabajo basado en la división de tareas de forma especializada. Se desarrolla desde la cima de la pirámide organizativa. El método empírico permite establecer una organización racional del trabajo que maximice la eficiencia de las tareas que se realicen. La aparición de las máquinas en los procesos productivos permitieron la especialización de las tareas. Esa búsqueda de la productividad también llevó aparejada otros cambios como la reducción de costes operativos.

Algunos anticipan que vivimos un nuevo proceso de taylorismo digital. Las tareas que hasta hace poco se consideraban creativas o intelectuales empiezan a ser sustituidas por procesos mecánicos, industriales, e incluso automatizados utilizando algún tipo de algoritmo (fórmula) más o menos compleja. Esto implicará una nueva reducción de costes operativos al mismo tiempo que será necesaria la aparición de un nuevo tipo de excelencia intelectual que no pueda ser reprocesada por el estado actual de la tecnología digital.


El estajanovismo es un concepto de «izquierdas». Nació en la URSS y buscaba un aumento de la productividad en el trabajo gracias a la capacidad de los trabajadores de mejorar la labor que realizaban. Se desarrolla desde la base de la pirámide organizativa. Se basa en la capacidad espontánea de que un trabajador sea capaz de mejorar su capacidad de trabajo, y el «pique» funciona como reclamo. No siempre se podría aplicar ya que el exceso de producción en una relación de dependencias

Curiosamente el mercado más capitalista y global de todos, el digital, florece en una sensación continua de estajanovismo digital. Al leer el párrafo anterior y cambiar URSS por Silicon Valley y estajanovismo por emprendeduría 2.0 casi se puede leer tal cual en un fenómeno de nuestros tiempos.
Las startups funcionan con una pirámide organizativa muy achatada. El desarrollo de los productos suele tener un proceso orgánico en el que es importante el valor extra que puede realizar ese «trabajador capaz de mejorar su capacidad de trabajo». Y normalmente las de éxito tienen esas personas en sus equipos. No se trata de ponerse detrás de una mesa y esperar a recibir indicaciones de trabajo. Se trata de adaptarse al ecosistema productivo actual y desarrollarlo con el fin de que, como ecosistema, crezca lo máximo posible. Hay empresas con modelo de startup de más de 10.000 empleados.

No hay que equivocarse, el valle, Silicon Valley, vive y florece gracias al estajanovismo digital, a esa capacidad de obtener lo mejor del talento. Poniendo en la balanza los conceptos de hace un siglo, vuelve un idea «obrera» en un entorno totalmente diferente. Pasado el tiempo, cambiando los condicionantes, evolucionando la sociedad y la economía, demuestra otra vez su éxito.
El modelo que nació del capitalismo aporta mayor calidad porque los que no lo tengan bajaran su valor en el mercado al poder mecanizarse/automatizarse las tareas gracias a los avances tecnológicos.
El modelo que nació del comunismo aporta también mayor calidad y probablemente es el que genere mayor valor precisamente por la capacidad de ilusión e implicación que genera en las personas que participan del proyecto.
¿En qué modelo crees que estás y en cual te gustaría estar?

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