Hodie est eri

La arqueología industrial ofrece grandes descubrimientos que podemos aplicar a nuestro tiempo. AEG  fabricó las máquinas de escribir Mignon a partir del año 1900. Entre dos años solo construyeron 100 unidades del primero modelo se conserva en el museo de Leipzig. Fue un desarrollo industrial pero con una fabricación no dedicada a las masas, como los vehículos de alta gama cuyas marcas son conocidas solo por los elitistas del motor.
En los años siguientes se fabricaron los modelos Nº 2, y la «Vasanta», el modelo número 3 se fabrica en el año 1913. Una década para obtener la segunda evolución. En 1923 se produjo la Mignon Nº4 que se fabricó hasta 1933 (30 años desde el primer modelo industrial). En ese año se trasladó la producción de AEG a la empresa Olympia que nos resulta más familiar a todos como fabricante de máquinas de escribir.

Ha pasado 90 años desde  que se fabricó la Mignon Nº4, en la imagen, y en nuestra forma de entender como escribimos parece un invento sacado de una película de otra cultura en una película de ciencia ficción. ¡Cómo ha cambiado el mundo en 90 años!  Y lo más importante, que diferentes son los tiempos de cambio entre el siglo XX y el XXI. Desde que fabricaron el primer producto, de venta artesanal, hasta que llegaron a la tercera versión tardaron más de 10 años. Un producto de nuestro tiempo, el iPad, ha tardado entre su primera versión hasta la cuarta, el iPad mini, que probablemente se lanzará el próximo 23 de octubre, han pasado poco más de tres años.
También ha cambiado  la intensidad de nuestra actividad. En el año 1910 no llegaríamos a 2.000 millones de personas en la Tierra. Se fabricaron 100 unidades de la Mignon Nº 1. Ahora que representamos tres veces y media esa cantidad,  se han pedido, para empezar, 10 millones de unidades de iPad mini. El alcance de la actividad que se realice ahora con estos artefactos es global y casi inmediato si lo comparamos con los tiempos de la época del Titanic, una tragedia que fue Trending Topic en los periódicos. De las posibilidades que permiten estos dispositivos no cabe duda que la distancia es como la del uso del telégrafo y las carabelas de Colón.
Este post es un homenaje al pasado, a mis colegas con los que intercambio tantas impresiones de las tendencias de la industria, a todos los que se han atrevido a crear el presente de mañana actuando en la realidad de hoy. Si una máquina creada hace 90 años nos parece que no está diseñada para los humanos, si vivimos un momento de cambios con una velocidad nunca vista en el pasado, ¿cómo podrían ser los medios, no su industria, dentro de nueve años?
Aunque el joven académico plasme con palabras una y otra vez, su visión del modelo sustentable del periodismo, me temo que, como en la antigua Grecia, los que deben de hablar callan, los que hablan no dicen nada, los que critican no hacen, y los que hacen se preguntan (ahora) sobre su futuro.

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