La carpeta roja

Emprender es una palabra de moda. Todos lo hemos hecho a lo largo de nuestra vida. Nos hemos comprometido con nuevos proyectos, o nos embarcamos en alguna idea loca. No solo se trata de crear una empresa, ONG, o asociación. Se aplica a otros ámbitos de la vida.
Ayer dediqué parte de mi tiempo a investigar y aprender. No tanto en lo relacionado con lo relacionado con mi tesis de doctorado, sino en otros aspectos más del día a día, de las buenas prácticas en la aplicación de conceptos. Quizás pueda sonar poco real, pero no hay que olvidar que para obtener los mejores resultados hay que mejorar la calidad en todos los aspectos de una operación productiva. Si la mejora viene desde el origen y se aplica en el resto de las operaciones, todo será más fácil.

«Nuestra meta no es hacer dinero. Nuestra meta absoluta en XXXXX no es hacer dinero. Esto puede sonar un poco frívolo, pero es la verdad. El objetivo es intentar hacer grandes productos. Confiamos en que si somos exitosos la gente los querrá, y si somos operacionalmente competentes, generaremos ventas, pero estamos muy claros sobre cuál es nuestro objetivo».
Sir Jonathan Ive.

Obtener grandes resultados requiere compromiso, actitud profesional, entender que el futuro hay que crearlo todos los días y es la suma de esas acciones la que nos dirige hacia grandes logros. Einstein, Cervantes, Ghandi, Van Gogh y hasta Dennis Rodman  son ejemplos de que la palabra éxito puede llegar tarde pero claramente sobrevive a los tiempos. Crearon y construyeron lo que nadie había visto y, sobre todo, vivieron su vida.
 

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