La adicción a los grandes datos

Los internautas se miden por millones, las páginas web por miles de millones, las inversiones son billonarias (si fuesen en pesetas), la financiación que conseguimos de Europa y el Estado seguro que es casi trillonaria (en pesetas), las empresas innovadores son miles, y así seguimos contando en los titulares. Hay una dependencia a los datos con siete cifras, sin decimales, que condiciona los mensajes políticos, y empresariales. Si no es millonario, no vale. Si no son decenas de miles de personas, no ha tenido éxito y suma y sigue.
Las empresas se han desenvuelto así, de esa forma. Necesitan ser grandes, crecer, multiplicar beneficios, dividir costes, duplicar la producción, hacer crecer la productividad exponencialmente, y una larga lista de clichés que quedan bien en los titulares de los mass media pero no siempre reflejan la realidad. Una frutería cerca del trabajo sólo tendrá un par de centenares de clientes, y es un éxito. Algunos blogs apenas tienen comentarios y son de personas muy seguidas, o con un alto nivel de conocimiento del tema que tratan. No obstante, no hay alarde de esas situaciones en los medios, la larga cola de la Red es tan grande como los principales sitios web en difusión e internautas, pero no salen en las noticias titulares como: diez millones de internautas plantan cara a Murdoch y ganan en difusión.
La realidad es que la suma de pequeños gotas de información están consiguiendo atraer la atención de centenares de millones de internautas a sus sitios web. Unos pocos son actualizados y leídos de forma habitual, de ellos, algunos tienen una comunidad de seguidores, un pequeño porcentaje de los que quedan son capaces de generar la suficiente atención como para ser discutidos en otras redes sociales y, al final son comprados o vendidos a terceros que generan un negocio económico y por la necesidad de publicidad, o inversores que aporten efectivo, vuelven a publicar las grandes cifras, y volvemos a hacer la rueda otra vez. Las cosas cambian para que todo siga igual.